Música y literatura: "Notas que son poema"

Gustavo Goldschein escribió:

ESCRIBIENDO, ESCUCHANDO FOREST

 

Salgo de la oficina y el fresco de la mañana me reanima, lentamente camino hacia el parque. Me detengo en una tabaquería y entro para averiguar precios, cuando en realidad sólo quería sentir el aroma al tabaco de los cigarros.

 

Cuando llego a Plaza San Martín elijo un lugar apartado y me siento en un banco debajo de una arboleda. Me conecto con mi respiración mientras observo los árboles, y cómo se mueven las ramas y sus hojitas. También la brisa peina el césped dándole un movimiento casi cinematográfico. Escucho el murmullo de los pájaros y cotorras que hacen que me transporte a un sitio rural fuera del mundanal ruido de la ciudad.

 

De pronto me acordé del trabajo!, planillas, presentaciones, conversaciones pendientes con mi jefe, disconformidad, desgano, encierro, en fin…

Siento que mi cabeza está llena de obligaciones y responsabilidades, temas no resueltos, mi mente habla y se contesta sola!, simulando discusiones con mis pares, me obsesiono con todo esto, me paro camino de un lado al otro, la cabeza  me explota! Y en la barranca que mira hacia Retiro me recuesto en el césped, ya no puedo más!, estoy agotado de pensar tanto al mismo tiempo.

 

Mirando el cielo azul me sereno y me pongo en contacto otra vez con la naturaleza, disfrutando nuevamente el entorno, mis pensamientos sintonizan con la reflexión, ¿qué me pasó?

Tal vez debería dedicarle un tiempo para replantearme la vida que quiero tener.

Retomo mi suave respiración y me quedo dormitando en el parque solo a tres cuadras de mi laburo.

 

GG.

 

Lobo Gianelli escribió:

PAMPERO
 
Viento norte buena brisa
Rumbo oeste
Sol caliente
Navegación calma
Las millas pasan
Presión baja.
Horizonte sombrío
Navegación tensa
Nubes bajas
Mirada  inquieta
Presión baja
Alerta abordo
Frente denso
Pampero que llama
Ordenes precisas
Acción inmediata
Amantes de rizos
Tormentín en cubierta
Genoa que baja
Escotas pasadas
Estiba trincada
Escotilla cerrada
Traje de agua
Calma  
Inquietud y espera
Primeras rachas
Escora súbita
Viento fuerte tensión en las jarcias
Las olas rompen el casco aguanta
Adversidad presente
La lluvia ataca
Y la racha abraza
Mano firme
El timón responde
El barco avanza
El frente pasa
La ansiedad calma
El rumbo se encuentra
La tripulación descansa
Las escotas se filan
Los rostros se relajan
Puerto a la vista
Navegación en calma.
 
 

Marcelo Carrete escribió:
En ocasiones la música moviliza. Otras veces emociona hasta las lágrimas. Pero también la música crea estadíos, ciclos. O acaso no eriza la piel escuchar, casi imperceptible, el comienzo de una canción luego verla crecer, desarrollarse hasta llegar el momento en que explota y nos salpica con todo lo que su compositor tenía para decir. Se me ocurre que el río bien podría ser una obra musical desde sus nacientes hasta su desaparición en el mar.
Infinito carrusel
Y ya no puede volver a su blanca y milenaria cuna de frio que lo vio nacer entre colosales montes. Esos mismos montes que ardieron en el pasado y que ahora no pueden retener el fluir que, cristal a cristal, gota a gota, se junta con otros y silenciosos, buscan mas allá de su glacial nido.
Y ya no puede volver a su ínfimo hilo de vida. Hijo prístino, de ancestrales nieves. Filamento vertical que, a su paso, desgarra el propio vientre que le dio a luz. Que se junta con otros que también interrogan al valle y el silencio les contesta.
Tampoco puede volver a la sorpresa que le provoca escucharse por primera ves. Descubrirse como parte del lugar. Sentir su panza deslizarse por laderas blancas que acuden a agrandar su esencia.
No podría volver al feroz torrente que arrasa y mezcla. Que señala y grita. Aquí destapa sus bríos de adolescente. Aquí, revela los misterios que le cantara su madre durante la larga noche. Aquí, su fenomenal embate, emula los sonidos propios de su creación. Mezcla de vientos, tormentas, cataclismos y volcanes. Señor rugiente que baja y lleva. A su paso intimida a piedras y árboles que, ante semejante demostración de poder, se inclinan y retroceden.
Y ya no puede volver al escándalo de verde que apacigua sus bríos. Su fondo de limo se asienta sobre la llanura . Cambia su voz, cambia su idioma. Lo que antes era cascada, ahora es remanso. Lo que era rápido, ahora tan sólo es corriente. Las asustadas rocas y plantas fueron reemplazadas por curiosos árboles que, confiados, se asoman a ver su paso. Ahora, ya mas dócil y amigable, acaricia bosques y planicies.
Cómo podría volver si ahí nomás está su salado destino. En el bullicioso delta desparrama todo lo que atesoró en su interior. Mira hacia atrás y contempla, por última vez, su larga travesía. Digno, imagina a sus hermanos allá en lo alto reiniciando el infinito carrusel de hielo, agua y espuma. Confiado, se deja envolver por una sensación distinta. Hay un azul que lo invita a dejarse llevar. Hay un vaivén seductor que lo adormece. Hay otra música pero ya no la escuchará.
Los ríos nunca vuelven.

Marta Sandoval Hermoso!!!!






Miguel Claudio Del Giudice Flaco es muy lindo lo que escribiste. Te felicito , te lleva a muchos lados y a la vida misma.





Adrian Yriarte Muy lindo Marcelo!!





Alicia Wexler Infinito Carrusel o lo que puede hacer un Escribidor con unas hermosas notas musicales...